Santa Fe es la provincia de Murphy

En la bota santafesina, tan extraña desde Villa Guillermina a Rufino, desde Alto Verde a Ceres, las cosas no son sencillas. Tal parece que solventar la economía provincial es difícil y el equilibrio entre los poderes un imposible – ahora hay 4 poderes, Ejecutivo, Legislativo, Judicial y el MPA, Ministerio Público de la Acusación-. Muchas cosas que no parecían posibles suceden en Santa Fe, la misma de su escudo, recuperado junto con la democracia, sobre 1983: “la provincia invencible”.

Convendría que revisásemos los acontecimientos según la broma, mitad seria, mitad quebranto de la razón, a la que denominan “Ley de Murphy”.

(La ley de Murphy dice que si algo puede salir mal, saldrá mal. Este Murphy era el ingeniero aeroespacial Edward Aloysius Murphy y formuló su ley en 1949 después de descubrir que estaban mal conectados todos los electrodos de un arnés para medir los efectos de la aceleración y deceleración en pilotos) Wikipedia

Una vez bailaron el ministro Sergio Berni, por entonces Vice Ministro, y la nicoleña Mónica Haydeé Fein, intendente de Rosario un chamamé. El Doctor Berni había venido, montado en una tanqueta y acompañado por Carlos del Frade, Germán de los Santos y Mauro Federico, estos dos últimos periodistas especializados en el narcotráfico en la región. Berni venía a desbaratar “bunkers”, antigua creencia que indicaba que así, pateando esas piecitas cerradas, se disminuía el narcotráfico, que se lo combatía seriamente.

El narcotráfico aumentó, comprometiendo seriamente al socialismo al punto que aún los enoja el libro “Los Monos”, un documento inalterable que deja desguarnecidas dos gobernaciones socialistas. Estaban allí y por lo menos vieron todo y n o hicieron nada. Algunos piensan mas aviesamente. El almanaque no hace bromas. Además la bailarina de chamamé con el funcionario dejó fundida y abandonada la ciudad de Rosario; De los Santos  y Federico siguen sus carreras periodísticas y Berni como corresponde al tango: sigue andando. El tema narcotráfico podía salir mal. Así fue. Todo muy Murphy hasta el caracú.

 

PATAPÚFETE

Teníamos, con sede en el norte, una de las mas famosas empresas cerealeras del mundo y mas, mucho mas, el holding Vicentin. Relumbrón, prestigio, trabajo.

Uno de los pocos emprendimientos con raíces nacionales en un rubro que hace a la economía nacional en serio: granos, divisas, poder.

Solos, solitos, los del grupo fueron al degüello, acompañados por el estado nacional descuidado y/o complicado. Nada limpio, todo gris. Todo muy sospechoso.

Con sus zapatos charolados se paseaba uno de ellos por la Bolsa de Comercio de Rosario (Rosario, la Chicago Argentina) que hoy se siente avergonzada de su “descuido” de las formas y el fondo de un protocolo y una conducta que terminó por sorprenderlos…

La Bolsa de Rosario silencia su “descuido estratégico” y, por lo demás, en el tema Vicentin todavía nos estamos salvando de los bullangueros “sindicatos de base”  porque el milagrito sucede, se pagan sueldos, pero los abogados caranchos ya revolotean por su “cuota litis”, mientras los verdaderamente damnificados sufren, cercanos a los que quieren el poder, los que huelen sangre, los funcionarios mas patriotas que el Sargento Cabral, en fin, todos hacen a la suma que extiende sus alas carroñeras alrededor de ese paquidermo en estado de descomposición societaria que, en su camino al cementerio de los elefantes, derrumbó el mito de la “Empresa Nacional” exitosa.

Apenas preguntaron por Vicentin desde Alberto Ángel Fernández, el porteño… y abogado, hasta el mas tierno mercachifle adosado a los escritorios del Banco Central supimos el final: si algo podía salir mal… Vicentin acató la ley de Murphy.

 

ALIANZAS QUE NO PROGRESAN…

Tal vez el punto mas desconcertante aparece al saber que esta es una provincia bicéfala, pero pese a reconocerlo no obramos por la unidad, acaso muy difícil y conjugamos una disolución práctica que los cuerpos legislativos reafirman.

Hay dos Santa Fe que el rio Salado consagra en allá y acá y dos capitales, la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz y la ciudad de Rosario que son eso: el allá y el acá. Diarios, radios canales, comercios, todo en diferencial. La política también.

Cuando Bonfatti Gobernador consagró la autonomía y el poder económico del cuerpo de Senadores Provinciales y pactó con los Diputados, también provinciales, definió la coyuntura, la hizo permanente: se independizaron totalmente y eso podía salir mal.

Para la coherencia provincial salió mal, para las líneas partidarias peor. Para la autonomía del Poder Legislativo hubo un crecimiento.

Hoy Lifschitz, sentado sobre una presidencia de  la Cámara de Diputados, juega su partido simulando una alianza que es solo subordinación y valor de los radicales para con las decisiones del ingeniero.

La vicegobernadora, Alejandra Rodenas de Llonch, está en las fotos de la Cámara de Senadores, no en la cocina, ni siquiera en la cocina del sector que la proyectó.

El pacto del peronismo, que unido ganó con tranquilidad, es un cristal que las operaciones mediáticas amenazan quebrar.

El pacto del socialismo, su poco caudal, con la fuerza del radicalismo, con su mucho caudal, parece ofertar las mismas figuras del pasado y la misma característica: subordinación y valor en torno al Ingeniero Lifschitz. Mónica Fein Diputada Nacional.

Si ambos responden a la lógica que aquel Ingeniero Espacial aseguraba sobre las probabilidades, la provincia no marcha hacia el mejor de los proyectos que – se insiste- tienen fecha de cierre sobre agosto del 2021. Cualquiera de los dos proyectos. Hay especulaciones. No sirven. Son dos.

Lifschitz y su mito del eterno retorno de 1500 socialistas llevando de las narices a 500.000 radicales felices o el gobernador Perotti, piloteando una máquina sin diputados ni senadores que entiendan el problema total y se definan por el mendrugo y la pitanza parcial, como lo resolvió, por susto político el gobernador Bonfatti. En ambos casos Murphy revolotea antes del despegue. Pronto pedirá el copyright