Hay personajes que uno no olvida. Eso pasa con este hombre, Marcelo Fabián Sain. Tienen lo suyo. Esconde, el disfraz de loco lindo, cuestiones reales. Hay crueldad y desparpajo en los locos lindos. A veces cuesta entenderlos.
EL SUELDO EN CAFÉ CON LECHE
En aquella infancia mía en Santa Fe un personaje, el doctor Leoni, vestía de humorada los atardeceres de toda la semana en la Peatonal San Martín y los sábados a la mañana en la misma arteria. Aceptaba, como pago para sus discursos, un café con leche. Dormía en la Cochería de Calleja (coches fúnebres, caballos percherones, frisones, negros lustrosos y los coches, los boxes y el pienso) y su vestimenta era de galera y frac, riguroso negro, uniforme de empleado de Pompas Fúnebres. Decía, el doctor Leoni, que no era ni doctor ni político, discursos políticos, bien relatados, nosotros los aplaudíamos, de los que recuerdo dos temas de política regional. Geopolíticos mejor.
Asfaltar el Río Paraná, para que se favoreciese el flete de las naranjas paraguayas, que vendrían rodando (a su modo precursor de la Hidrovía, claro que con menos negociado y burocracia).
El otro tema de sus alocuciones públicas era claro y sencillo…(ejem) Explotar un inmenso criadero de conejos y ponerlos a excavar para que, por debajo del Río Paraná, llegásemos a Entre Ríos, justo frente a la ciudad capital de la provincia mesopotámica. Difícil ignorar que Uranga y Silvestre Begnis, dos Gobernadores preclaros, independizados del poder central, lo hicieron, con menos conejos y mayor costo. Variable: Juan Laurentino Ortiz, “Juanele”, el insigne poeta entrerriano, oponiéndose tanto a Leoni como a los dos gobernadores decía: dos puentes. Uno a la isla Verdú y el otro hasta el atracadero. El puente es mas poético que un túnel. “Juanele” era, a su modo, con la obligación de imprimir sus textos en cuerpo 6 y respetar sus originales en tinta china y plumín, no solo un gran poeta, también otro loco lindo.
BAILARIN DE ROMPE Y RAJA
El “loco Solís” era bailarín de “Tap”. Tenía su escuela. Los sábados bailongos y en la semana enseñanza. Zapateo Americano y bailar el fox-trot era lo suyo. Convengamos, vivir en Santa Fe de una Academia de Baile era una tarea corajuda. El loco Solís vivía en ése intento.
No puedo olvidar los sábados en la cancha de Colón, con “la de cemento” (la única tribuna de cemento, el resto tablones de madera) como el exacto refugio para los locales. Nosotros, yo. Sabalero. Los que íbamos siempre.
El loco Solís tenía su sitio. Se lo divisaba porque a su exacto alrededor nadie, un círculo en mitad de la tribuna. El loco, cuando una jugada era “mala”, con yerros de los jugadores nuestros (o el árbitro nos perjudicaba) comenzaba con insultos y escupitajos breves, como sacándose una basurita de los labios. Muchos insultos. Permanentes escupitajos. Todos casi sin respirar.
Cuando recuerdo esos escupitajos e insultos, divertidos porque eran genéricos, ya que daban cuenta de la familia del árbitro o del jugador equivocado, no éramos ni una cosa ni la otra, tengo que confesar que Mauricio Dayub, en su personaje de Toc-Toc me llevó al aplauso y la felicitación. Era igual, era eso. El síndrome de Tourette. Ni siquiera un enojo extemporáneo. Después del volcán la calma… hasta la próxima exasperación. No había real malicia ni exageraciones en la vida de “El loco Solís” quiero decir, sus enojos tenían razones solo que, la manifestación de ese enojo era, por lo menos, exagerada y, acaso, innecesaria. Nosotros entendíamos al loco Solís. Exageraba nuestras razones.
FUNDAMENTALMENTE CANTOR
Un personaje del “tout” Buenos fue Federico Manuel Peralta Ramos. Como insistía en el programa que conducía Tato bores: “fundamentalmente cantor”. Quería, en el esquicio que representaban, ser cantor. Artista plástico ganó una Beca Gugenheim y, con ése dinero, fue y pagó el adelanto en el remate, en la Sociedad Rural, de un toro gran campeón. Una intervención artística. La queja – fundada – era por esas exageraciones de nuestra sociedad.
En uno de los programas de Tato hizo pintar los retratos de los próceres y del Cabildo, de aquella, la Revolución de Mayo. y sostuvo: “Tato, nosotros pisoteamos a nuestros mayores, a nuestros próceres…” Pasó por encima de esas pinturas caminando. Un loco lindo Federico, pero no estaba equivocado, apenas exagerado. Muy exagerado.
TUIT, WAT-SAP Y RULETA RUSA
Maecelo Fabián Sain llenó de insultos en tuit, en grabaciones en redes, a los ladrones, a los corruptos, a los inútiles, a los coimeros pero ay, ay, ay, también al total de los empleados, finalmente al total de los habitantes de la provincia de Santa Fe.
Debía, desde su cargo de ministro, perseguir a los corruptos y castigar la injusticia. Llenando de adjetivos calificativos a su tarea sustantiva dejó escondido el sujeto: Ladrón. Corrupto. Prevaricador. Debía perseguirlos, desenmascararlos, ayudar a condenarlos. Comenzaron esos audios, esos textos a circular. Divertidos primero, exasperantes después. Sain aparentaba un loco lindo… pero…la única verdad…
Sain acaso sea un loco lindo, pero…ni asfaltar el Paraná, ni un túnel con conejos para llegar a Entre Ríos, ni rematar un toro en la Rural sin tener el dinero para la compra total…
Delincuencia, delitos contra el Estado. Grueso. Grave. Pesado sujeto. Con ése sustantivo como actividad el insulto de este loco lindo favoreció a los ladrones y complico a su mandante: el Gobernador.
Todas sus investigaciones fueron buenas y en favor de la honradez y comprometieron a los delincuentes. Todas. Ese juego de insultar a diestra y siniestra se convirtió en lo que siempre es: una ruleta rusa. En su total locura de vivir el tiro del final salió. Chau. Se fue.
Ojalá sigan sus investigaciones. Eran todas ´positivas. Ojalá no imiten su estilo de loco lindo. No es positivo para el trabajo en el estado, con el sueldo a cargo de los buenos en su lucha contra los malos.