Perón es duro de matar

Hay una pelea entre la Historia y la Memoria; no lo dejamos tranquilo al viejo, todos precisamos algo. Parecería, sólo parecería, que algunos lo quieren bien muerto.

En un escrito anterior, en otra reflexión, seguramente sobre alguna fecha histórica del peronismo, escribí conceptos que conviene repasar.

El peronismo (su expresión posterior a La Peste y en la tercera década del Siglo XXI) está cerca de perder el poder político obtenido, como en todos los casos, con el voto popular. Es ése eje del fenómeno argentino (el peronismo es un fenómeno socio / político infranqueable, intolerable, imposible de exportar… y muy duro de matar) el que ha comenzado un proceso de autodestrucción que ni siquiera hace falta calificar, solo mostrar, ya que es público y notorio. Aún mantiene una esencia fenomenal: el voto popular.

Perón se preparó para sobrevivir. “Mi único heredero es el pueblo” es mas que una frase redonda y cerrada, es una maldita puerta abierta para que cualquiera diga “Yo Soy el Pueblo”. También para que alguien discuta: ¿porqué sos vos y no yo…?. Perón es una discusión abierta y un carné que puede obtener cualquiera sin cuota de ingreso.

En el año 1936, por haberse recibido de abogado, a un joven rosarino le regalaron un viaje que incluía la estadía en Alemania con los Juegos Olímpicos como magnifico fin de fiesta. Camino a la competencia se detuvo en Italia y conoció a Perón. Años después, ya Perón en el poder, lo invitó a que fuese Delegado Interventor en la Municipalidad de Rosario, “bueno, al menos lo preciso en una Secretaría de Estado”…   (Perón estaba atento a los hombres, ya en el 1936… y Perón está “leyendo” Europa… en Europa). El rosarino, radical hasta el tuétano dijo que no, pero era un hombre de placeres mundanos y modales honorables; viajaba a Buenos Aires, verdadera capital argentina. Cada tanto lo llamaba Evita, para charlar con ella. El Rosarino iba a esas reuniones.

Esa división de poderes y ese “cable a tierra” con un honorable caballero que, desde la oposición, le comentaba qué pasaba en la realidad, en la cotidianeidad, fue una de las mayores certezas del gobierno aquel: no perdía el contacto con poderosos, con enemigos, con opositores, con la mismísima calle y sus adversidades. Mas claro, no tenía miedo del diferente porque sabía su centralidad. Hoy los restos del peronismo tienen miedo. La falta de ideas marea, provoca vértigo, finalmente eso: miedo. Han perdido la calle, los cenáculos, la cátedra y el parlamento. Este peronismo en ejercicio del poder tiene el síndrome de Asperger. Puede sumarle ignorancia y lo peor: necedad. Un triste cóctel que no suma, solo quita.

En un libro que debería re editar, llamado “Perón y su Tiempo, 70 años feroces” escribí que Perón era una pieza redonda, que nosotros convertíamos en un poliedro de mil caras.

Con su muerte en el 1º de julio de 1974 cada uno tomó esa minifaceta de la esfera (facetada) donde reflejaba a “su” Perón y vive con esa estampita en el alma. Mil facetas, mil “Perones”. Difícil reconstituirlo. Hay miles pero ay, son partes minúsculas de una Gestalt al revés.

El peronismo es Perón y lo que siguió al 1º de julio de 1974, es Perón “In absentia”, pero hay al menos dos cuestiones insoslayables. Evita y su cadáver… y su valor de estampita. Esa es una. Perón y su exilio. Esa es la otra.

Seguir el exilio de Perón muestra un mapa de América que nadie quiere recorrer y es tan, pero tan demostrativo de quien es y quien fue Perón que es necesario revisar y, por las dudas aclaramos: comienza con “la cañonera”.

Los 18 años no son poca cosa, son justamente eso. Un récord inapelable de prohibición de sus derechos civiles. Dieciocho años, chicos, difícil imaginar un país con una proscripción de tanta permanencia y que no aflija a “las fuerzas democráticas”. Já

Desde el G.O.U es visible el criterio, sentido, orientación nacionalista de esos oficiales. Perón no es un revolucionario de izquierda, no lo fue. No pueden escamotear de su biografía tanta historia que dice otra cosa.

La lectura atenta de Codovilla, Giusti, el mismo Palacios o la señora Moreau de Justo (del otro Justo) apuntan a la maldición: Perón retrasó años y años la aparición de un partido de centro izquierda y el bipartidismo por algo elemental: es la UCR la que está afiliada a la Internacional Socialista. No pueden mentir, los he visto en los Congresos Mundiales.

El equívoco puede perderse en la memoria pero está claro en la historia. El Peronismo es la Centro Derecha y el Radicalismo es un socialismo vergonzante que, por otra parte, destruyó a su único General Triunfante: Alfonsín (con la ayuda de sus propios fantasmas y caprichos). Rareza, hoy no es izquierda.

Tal vez sea necesario refrescar un punto central. El peronismo es piramidal. Perón siempre fue militar. Perón es el Jefe. Es una estructura según y conforme el uso militar del mando, del poder. Hay un jefe. El peronismo no entiende de Asambleas y Congresos. Un jefe manda. El desastre es si ése jefe es demasiado impenetrable y obcecado. En este caso CFK sería el ejemplo.

Tanto Menem como NK entendieron el juego del poder, dar pero no dar, consentir pero no entregar, garrote y sonrisa, ostracismo y foto central. El poder se ejerce. Hoy CFK está mas cerca de la obcecación y mutismo de Irigoyen que del juego de seducción y alambre de púas de Perón, Menem o NK… porque Menem y NK sabían jugar con las armas del poder. De hecho hay un Menem y un NK antes y después del poder. La historia vale mas que la memoria.

No es una frase de circunstancias que el peronismo es un Movimiento (cinética, chicos, cinética) y el Partido Justicialista una herramienta electoral. ¿Qué parte se les escapó? Esto no es memoria, que siempre traiciona y deja lo lindo como lo único real… esto es Perón dando enseñanzas. De su trazado en la vida pública, al cabo… de su vida. Ah… lindo ejemplo el de Perón y su hermano Tomás. Fue “Director del Zoológico”. Cero nepotismo, cero tozudez.

Del ejemplar de la Revista Así del 1º de Mayo de 1974, que escribí en colaboración con Walter Operto, tal vez uno de los mejores periodistas que conozco, con 700 mil ejemplares en la primera tirada y 500 mil en la segunda se desprende un relato, el del Cartel con Montoneros y el cántico. “Duro, duro, duro, aquí están los montoneros que Mataron a Aramburu” y los muchachos que cantaban estaban recostados sobre el flanco de La Catedral (vaya sugerencia simbólica). En la mitad de la plaza la U.O.M. y los carteles sindicales. Ellos fueron a destrozar a trompadas y palos a “los Monto”.

Perón entendió el mensaje claramente, reconstruyó su discurso, reivindicó a Aramburu, se recostó en la historia de “La Resistencia Peronista” de 18 años de exilio, que no eran esos ”Estúpidos imberbes”. Los echó de la Plaza de Mayo, del ágora que inaugurara en la noche del 17 de octubre de 1945, cuando pidió calma y definió el futuro que, con votos, se consolidaría en febrero del 1946. Fue su último 1º de Mayo.

Detalle imprescindible: en alianza con un radical de derecha. Hortensio Quijano llegó. Después bancaría a Solano Lima del Partido Conservador y finalmente, en el rasgo mas distintivo de su vida, a la primera mujer presidente de los argentinos. Y… si. Aunque duela es así.

Los mini burócratas del peronismo, los de 40 años, los nacidos en Democracia plena tienen un problema. No leen. “El que no sabe es como el que no ve”. Son hijos de los que llegaron o se arrimaron al calor del fogón. Vivir de un sueldo no es ser peronista, es ser burócrata. Aquí y en la China. Los jóvenes van para burócratas.

Perón no puede decir nada, no lo re leen. Perón no puede lavarse las manos: se las robaron.