La Pandemia no es un Campeonato de Fútbol. Hay mas cuestiones que diferencian a uno del otro.
“Para saber entrar hay que saber salir”, fue una de las frases que César Luis Menotti pronunció en los micros que llevaba a la Selección Argentina a fines de la década del 70.
Se refería a cómo llegar al área del rival y les explicaba, a muchachos simples, algo simple. Se llega al área si se está fuera, si antes de la jugada que trae la pelota hasta la cercanía del arco rival uno no llega, y ya está, eso favorece la marcación y el triunfo de los defensores en ese momento del juego. Simple.
No aplica a la pandemia. Aplicaría en este punto. El Rafaelino y el Rosarino son, en la ubicación de mando, los directores técnicos de un equipo. No estaba programado el partido contra la peste. No lo estaba. Muchas cuestiones, muchas jugadas imaginadas no pudieron ser, no pueden ser, nunca serán. Nunca. El equipo que armó antes de la pandemia, con tareas desde el 10 de diciembre del 2019 y hasta el 10 de diciembre de 2023 el 19 de marzo del 2020 se encontró, desde esa fecha, con una catástrofe mundial en desarrollo y, además, con la obligación de ser el Jefe de la Emergencia. Con ése equipo.
LA SELECCIÓN ALGUIEN LA HIZO
Menotti dirigía una Selección, donde jugaban los mejores según su criterio y la decisión de cada jugador (Carrascosa renunció, Gatti se lesionó, a Norberto Alonso no lo puso de titular y en el 1978 le dijo a un pibito de 16/17 que esperara un poquito, era el Diego, en la Selección de 1979 lo convocó). En todos los casos se sabía día, hora, sitio y nombre del rival
Perotti desde el 16 de Junio de 2019, día en que efectivamente ganó la Gobernación de la provincia de Santa Fe, comenzó a armar el equipo que lo acompañaría, que lo acompaña en funciones de gobierno. Él es el DT, ellos los que juegan. Los jugadores son su decisión.
No hay imprevisión en el armado de una selección. Tampoco en el de los diferentes cuadros de una Gobernación. Nunca Menotti podía decir lo que pasó con tal o cual jugador es una sorpresa, no lo sabía.
Menotti tiene una relación muy íntima con la provincia. Leopoldo Jacinto Luque. El mismo, convicto de rosarinidad, de corazón canalla, de una militancia clara con el PC (en “la Fede” y sus arrabales, la Federación Juvenil Comunista) el doctor Rubén Darío Oliva, profesor de educación física, maestro, médico, médico deportólogo, titular de una catedra de tal orden en Milán, proviene de San Justo y su militancia de izquierda ( y la ayuda que brindó – en lo que pudo – salvando militantes durante el gobierno del Partido Militar y su mecanismo de Terror del Estado) alguna vez será valorada.
Menotti. Oliva. Pizzarotti. Nombres claves de aquellos años., Entendían la provincia, tenían por acá sus raíces. Entendían Córdoba. Entendían un país. Llevaron la selección por el país y su llegada a tales cargos debe inscribirse en la fuerza del gremialismo (UOM, Bracuto en Huracán, Paulino Niembro, AFA) en el 1973/74.
APRENDER A SALIR
Donde el asunto confluye es en la mitad del acertijo de “el Sito”, por Cesar Luis, Luisito, “Sito” Menotti en el seno del barrio de Fisherton, el bravo, no el cajetilla. Hay que saber salir.
Perotti debe salir de la peste. Debe salir de la pandemia. Milagroso. Mágico. Repentino. Nada de eso sucederá. Será un proceso doloroso. La Pos Pandemia es, si se quiere, volver a casa derrotado. Perdimos. Otra la vida, la sociedad, la economía, la realidad cotidiana, la esperanza. Todo diferente.
La normalidad, volver a la normalidad es una mentira lisa llana. Se sabe que “La Normalidad” es una opción estadística, no un criterio científico. No volveremos a esas cifras pre pandemia ni de PBI ni de trabajo y salarios. Nada como entonces porque todo cambia. En cada instante un partido nuevo. Otros arqueros y otros defensores. Todo para peor. Muchos con tarjeta amarilla. Muchos.
Perotti no supo cómo entrar porque nadie sabía cómo entrar a la peste. Perotti debe salir de la tragedia mundial en la porción de territorio que le toca. Es su tarea. No podrá delegarla. Los que juegan son sus jugadores. El eligió.
La Pos Pandemia es ahora. No se podrá aludir a la repentización, los milagros y la magia. Es trabajo y previsión. Programas, organización, determinación. Convicción. Parados en el sur de la provincia las cuestiones se miran de un modo. Detenidos en el norte de otro. Hay varias provincias en la provincia de Santa Fe y un solo gobernador.
Los Senadores un poder. La oposición en Diputados otro poder. La CSJ Provincial otro poder. La relación con Balcarce 50 y su sistema de Co Gobierno otro poder y un tremendo dolor de cabeza. Los jóvenes del tercer trasvasamiento otro. Cómo leer el sur donde él ganó sin ganar la intendencia ni por asomo.
El río Paraná trae mas problemas que correntada. Ceres mas sequía que sembradíos. La educación sistemática de bajísima calidad, la provincia sin conectividad real, la seguridad en despliegue de plumas, no de soluciones y, como si esto fuese poco, la relación de fuerzas con la caja central de los billetes, donde se emite para vivir, no trae camionadas de dinero.
Está claro que no pueden estar estos contratos salariales porque en realidad hay que reformular el “contrato social” chiquitito con el que nos movíamos.
Es visible que el sur, que lo votó, espera que le traiga alivio urbano y sostén suburbano a las industrias paradas y el comercio de persianas bajas.
PRIMERAS SEÑALES DE POS PANDEMIA
Una manifestación de choferes de colectivos urbanos (9 millones de pasajes al mes) dan el humor del sur. No cobraron. Nadie cobrará como pensaba. Nadie vivirá como creía y/o soñaba.
El hecho cultural debe repensarse. La Cultura es un instrumento de dominación formidable. El hecho social destaca a las diversas comunidades. Se insiste: la seguridad y el tránsito tranquilos. Sería importante que sucediese.
Los puertos, los supuestos negociados con concesiones y espacios. Hay tantos flancos que no es una repentización de un goleador, son todos los del equipo buscando empatar un partido que venimos perdiendo por goleada.
No está en mi ánimo corregir lo que pienso, por algo lo pienso, pero tal vez, solo tal vez deba rectificarme… parcialmente.
Perotti debe consultar a todos. Menotti tiene tanta experiencia como años y, creo, ya está como estaba Perón en su retorno: descarnado. No sería una mala idea llamarlo y conversar. Conoce el sur, conoce la gente, conoce la cancha. De la Peste hay que saber salir y está claro un punto: salimos entre todos o no sale nadie. Ah… una ventaja. Todos conocemos la camiseta con la que jugamos de local. Todos. Debería, pero no cambio el título. Los periodistas también podemos ser caprichosos.