Estas elecciones municipales y provinciales del 2019 demuestran, con ejemplos claros (los hay mas difusos) la impaciencia rosarina. La “impaciencia” en política es diferente a la que define personalidades en la vida diaria (La RAE dice: se califica como impaciente a quien carece de paciencia. Esto quiere decir que la persona impaciente no tiene la capacidad de esperar algo sin ponerse nerviosa ni la facultad de realizar acciones minuciosas o complejas que requieren de calma)
La verdadera impaciencia en política es hablar antes de tiempo, proclamarse antes que corresponda y elegir o pedir el cargo que no era el mas apropiado, el mas posible sino el deseado, que no es lo mismo.
Por allí circula Jorge Boasso, candidato a Vicegobernador del Midachi, que después no pudo ser diputado nacional, que no aceptó cargos en la administración Macri y no ocupó un lugar en la lista de diputados provinciales UCR Cambiemos y, después de sus 20 años como concejal (radical de origen) en cuyas funciones fue, en su momento, parte de la alianza con el socialismo, después los combatió y hoy, después de 20 años como concejal, reprisa en las pistas como pre candidato a Intendente por Cambiemos, disputando el cargo contra Roy López Molina en el mes de abril. Suele tornarse contestatario cuando se lo califica. Su vehemencia es pariente de su impaciencia. Es un personaje de la ciudad. Un modo de impaciencia. Cuando podía no quiso, ahora es dura la pelea.
La señora María Eugenia Bielsa sabía, lo sabe claramente, que las compulsas del oficialismo, como las del peronismo, como las voces oficiales insistían: Primero la intendencia de Rosario, en junio de 2019 y cuatro años después la gobernación, cuya primera pre candidatura era de Omar Perotti, senador nacional triunfante, por el peronismo, en las elecciones nacionales para su designación. Su vehemencia, su impaciencia la llevó a sostener que ella puede ser la candidata a Gobernadora por el peronismo y gestionar en serio una provincia. Sus mediciones como posible intendente auguraban un triunfo. Las mediciones para la gobernación auguran pelea por el cargo, de ninguna manera un triunfo. Antes bien, alguien sereno y tranquilo, como el senador Danilo Capitani debió, por disciplina y afecto, acompañarla. El del senador Capitani es la excepción a la regla. Un tranquilo y sereno subido al vértigo. Baste decir, para cerrar este ejemplo, que en el oficialismo (que siempre mide todo) el suspiro por la interna peronista es directamente proporcional al alivio por una compulsa que se creía perdida contra la jugada mas lógica y un éxito mas cercano trabajado sobre la división en una interna que suponen, debido a los posibles líos del peronismo después de las PASO, la fabricante de un empate entre Perotti y Bonfatti cerrando sus argumentos con una lectura partidaria, no imparcial. La señora Bielsa sumaba muchos votos independientes en Rosario, que ahora vendrán con nosotros. Impaciente análisis socialista. Aún es, en el final de marzo, Pablo Javkin quien supera a Verónica Irízar en las mediciones que nadie conoce pero todos citan. Javkin, radical independiente, ex ARI, y la señora Irízar, joven contadora socialista, protagonizarán una interna que desvela al oficialismo. Pura impaciencia. Ambos son concejales. No consiguieron un “delfín” que siguiese los pasos de la Fein. Fabricar el futuro es una paciente tarea de día por día. El Concejo Rosarino, de pura impaciencia, hace poco y nada hasta abril y se cree que menos que nada hasta el 16 de junio. En fin, paciencia, los tendremos que esperar.
La izquierda a la izquierda del socialismo sumó sus votos en 2015, sumó menos en 2017 y, sin impaciencia, podrían haber trabajado un frente común de quienes no quieren al macrismo, les repele históricamente el peronismo y desconfían de las dotes progresistas del socialismo. Nombres comunes, programa conjunto y escaso ombliguismo (léase “egos”) era necesario. Terminan en nombres propios, programas anhelantes y exceso de ombliguismo. La impaciencia es mala consejera.
Las listas radicales, cuasi radicales y el aluvión de listas peronistas a concejalías y diputaciones sólo definen una diáspora en estado de congelación. Algunas son increíbles, carecen de credibilidad.
Las múltiples divisiones de partidos tradicionales, las claras divisiones de los que se suponen esclarecidos y sabedores, por tanto, que deben sumar y no restarse votos en empresas individuales, junto a las golondrinas de un solo verano (Gardel/Lepera dixit) sumado al repliegue (por ahora) del socialismo, definen una realidad de la Región Rosario. La impaciencia se metió en el día a día. Fotos, inauguraciones, declaraciones, debates, acusaciones. Mañana mas fotos, mas paternidades de puentes, veredas, planes y beneficios. Estamos en mitad de un mundo febril y poco serio que terminará el 16 de junio. Desde el 20 de junio la impaciencia tendrá fecha fija. El 10 de diciembre, consagración, diploma y sueldo. Algunos respirarán tranquilos. Seguirán los problemas pero me digo, con los problemas no debemos ser tan impacientes, hace demasiado tiempo que convivimos con ellos.
Publicada en El Litoral el 25 de Marzo.