Elecciones con barbijo y antifaz

Las elecciones 2021 serán las primeras en que el barbijo, omnipresente y motivo de discordia por la desaprensión de quienes no lo usan ni les importa, comportará el eje.

No hay mucha diferencia práctica entre barbijo y antifaz. Cambia el nombre, ni el sitio ni lo que oculta. El rostro. Fantomas, el León de Francia, el Zorro, el carnaval de Venecia. Francisco García Giménez: “en el corso de la vida todo el año es carnaval… sacate el antifaz… te quiero conocer…”

Los ojos, la voz, el discurso. Esos ejes se incorporan al mensaje; también la memoria. ¿Quien era… quien es…? Votar por la memoria es riesgoso y los argentinos tomamos riesgos de esta calaña sabiendo que la memoria traiciona.

CHABELA Y TUITER

Un ejemplo antimemoria: ¿Qué sabe Usted de Isabelita? Las feministas la desprecian, los peronistas K la desprecian, la historia (sus desaprensivos relatores) la desprecian y la esconden. La primera mujer argentina presidente, con PBI positivo, sin desocupación, elegida por el voto popular, derrocada por un golpe militar, que gobernó sin pedir un mango al FMI, con ocupación plena y leyes de contrato laboral que aún subsisten, no existe y uno debe preguntarse: ¿sucedería lo mismo en el siglo XXI ? Han cambiado los medios, acaso persistan las mañas.

EL PAJARITO COMO SUJETO SOCIAL

Un columnista, desaparecido por meses debido a cuestiones cuasi siquiátricas y también empresariales, por sus enojos “tuiteros” con un ministro en funciones, demuestra hasta qué punto aquello, que no es oficial ni autorizado, es real y sustancioso en el medio de la convivencia social.

El pacto entre medios reales y medios ficticios, alternativos, claramente pasibles de chantaje, manipulación y maledicencia es una constante que no se puede esquivar…  mucho menos menospreciar. Está sucediendo.

Un “movilero” (periodista de calle, trabaja desde un auto – móvil) que recibió una respuesta “tuitera” de un ministro en funciones motivó respuestas gremiales, esto es: corporativas. El sistema de comunicación del pajarito debería ser declarado, corrección: esta de facto declarado de interés sectorial cuando ataca o cuando defiende posiciones sociales, cargos, rangos y, en sustancia, cuando se inmiscuye en aquello que pensamos que está bien… aunque esté mal.  Nunca un pajarito imaginario tuvo tanto peso específico en las traviesas almas de los actores y políticos porque convengamos, en el grueso de la sociedad no sucede lo dicho. Re convengamos, un ministro que vive de tuitear no se merece siquiera el desprecio y la sorna, sólo la lástima por su yerro ocupacional. Está sucediendo.

La vida real se rige por el asesinato, la inflación, el laburo que se fue, la comida que no alcanza, la corrupción estructural que no cesa y la Peste que avanza, con o sin redes sociales a favor… o en contra. No hay pajarito, ni alpiste correspondiente, que quite el hambre o devuelva la vida. Está sucediendo.

EL ADENTRO Y EL AFUERA

Ya se sabe – debería saberse – pero lo saben, vamos, lo saben, que las mas escondidas emociones intestinas dentro de un  partido o una agrupación se juegan en estos correos.

También se sabe, claramente, que no hay mensaje oculto, confidencial, personal o secreto. Todo cuanto se dice es para que se sepa. De hecho se conoce todo. Hay una constancia del comportamiento humano que no escapa de la paloma mensajera, el correo del zar o el pajarito. Es igual. Cambio de formas. Solo eso.

Cuando un personaje tiene problemas endógenos los resuelve con esos pajaritos multilaterales y su trascendido a los diferentes medios. Cuando una agrupación tiene problemas exógenos igual.

Hoy el peronismo, fracción social gobernante, tiene problemas endógenos, de difícil resolución, porque los coloides son así y el peronismo es un coloide imperial, que tiende a la expansión. Si se aquieta se divide. El peronismo es claramente imperial. No se aquieta, por el contrario, se aprovecha de la quietud de las otras fracciones. La agitación mantiene vivo el coloide.

El problema exógeno del peronismo suele divertirlo; el peronismo, en cuanto imperialismo, manifiesta su crueldad. Los opositores, enemigos, en rigor enemigos porque el imperialismo no admite pactos ni igualdades y el peronismo, por tanto, mucho menos son devaluados. Los opositores, el problema exógeno del peronismo, suele llevarlo al yerro de creer minusválidos a esos enemigos. Le ha sucedido. Los mecanismos alternativos de comunicación pueden acelerar esta confusión. El peronismo, en cuanto imperio, menosprecia el valor de la comunicación individual. Un imperio da una orden desde la cabeza del imperio es lo usual.

COMO DECIR QUEREMOS

Las nuevas formas de comunicación atraviesan el adentro y el afuera y complican en un punto: el barbijo. El antifaz.

No hay actos masivos, no hay concentraciones, no hay grandes marchas posibles, no hay centenares de choripán y bombo y la vida por Perón este sábado en la plaza. No hay ni habrá.

Radio, televisión, diarios y redes. Tiza y carbón. Panfleto. Comunicado. Insulto en el universo del pajarito, streaming, zoom. El retorno de los brujos de la incomunicación, bienvenido Louis Pauwels. Te necesitamos.

Como si todo esto fuese poco lo ya dicho: la Peste quitó la sábana. Estamos desnudos frente al siglo XXI. Los gobernantes de hoy son los gobernantes del período de la Peste. Imposible esquivar ese almanaque universal de la Pandemia. No hay obra ni acto que achique esa magnitud. Peste.

El barbijo trae al día a día lo concreto: Peste. Aquel antifaz proverbial, el rostro oculto de la política y la mentira popular, callejera, risueña y repetida estalló. En las elecciones del 2021 se deberán usar todos los elementos que ayuden a borrar, quitar, alterar, esconder lo visible: Los actores políticos van con el barbijo puesto… y las miserias al desnudo.

Vaticino que volverá hasta el viejo camioncito con  la marchita y vote a mi tío Pepe. Consejo: contrate ya el camioncito, tal vez sea tan efectivo como un  tuiter contra un ministro… al menos en mi barrio.