El día del niño en cuarentena

El Día del Niño es un reclamo comercial que se ha convertido en una pulsión social inatajable. La han cambiado varias veces en el almanaque (“primer domingo de agosto día del niñoooo” decía un antiguo Jingle) cambios de fecha, pero no de intención. Vender. El afecto actúa de chantaje y se sabe, el peor chantaje es el afectivo. El día del niño se ha escapado del criterio mercantil. Llega mas adentro que una registradora y una planilla de Excell.

Hay políticos con pocos afectos en su trato diario que encargaron un chocolate tardío el domingo 16 de Agosto. Una mediatización “tiernizada”. Pocos se enojan si alguien festeja “El Día del Niño”. Pocos se enojan si alguien dice que hace “el bien”.

Desde el 20 de marzo a la fecha hemos pasado “la gruesa” (los 144 días) de apestados que insultan a los médicos en los ascensores y que advertimos un hecho real: se enferman los mas jóvenes y se mueren los mas viejos. Hay situaciones irrecuperables. Deberíamos asociarnos conb Marcel Proust y contratar los mejores abogados (los que defienden a los corruptos son esos, los mejores y pedirles resarcimiento a los creadores de la Pandemia mientras nos ayudan a buscar el tiempo perdido. Ejem, si hay quienes le hacen juicio a Google por los dichos de sus usuarios…

Esta es la peste en mi pago. Un problema que llegó, que definió políticas y obligó a repensar o, en algunos, aceptar que otros pensasen y decidiesen. La Peste es el miedo con nombre propio y anuncio publicitario. Es la muerte que toca el timbre. Avisados estamos.

Los consejos para el Día del Niño no tienen sentido excepto que digan sé feliz; si eres adulto suelta el niño que hay dentro. Variante: cómpreme algo. Ese es el día comercial del niño. No le quita sonrisa la pulsión comercial, le pone angustias a quienes no tienen nada para el juego y aclaremos: los niños, con cada juguete, inventan el suyo y ese es el verdadero. El niño es un detonante. Debajo existe un volcán del que debemos hablar. Hablemos. Advertencia, en todas las épocas hubo niños que miraban el comportamiento de los mayores. Esa constante es absoluta… por ahora. Hay un puente irreal pero de muchos efectos. Los niños del ’70. No son estos. No, pero…

UN SECRETO QUE TODOS CONOCEMOS

Jorge Fontevecchia reporteó a Luis Brandoni, querido amigo mío. Entre la pregunta y la respuesta apareció un eje de esto que nos pasa. En ése reportaje se lee:

Fontevecchia—A las generaciones actuales les costaría entender que cuando la violencia era física, cuando el riesgo era que te mataran, cuando había golpes de Estado, la fractura o la grieta era menor que actualmente.

Brandoni—Había un enemigo común. Estaba de un lado toda la gente que no estaba de acuerdo con los gobiernos autoritarios. Los que pensábamos diferente queríamos expresarnos en libertad. Eso pasó incluso antes de la dictadura. El tema de la censura nos importaba a todos y nos aunaba. (Fuente: Perfil).

Agregamos un concepto de ese Grupo Editorial, a su pedido y porque estamos de acuerdo. Dice Perfil: “El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de «share» o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a perfilcom@perfil.com)”

Lo que aparece en el tramo que citamos del extenso reportaje “al  Beto” es un eje que se nos escapa por demasiado visto. El gradiente que creció no es el de la violencia, esa estaba y está, es la aceptación que se puede ser violento y mencionar la democracia como el argumento que la despierta. Que la violencia se perdona si se la menciona como parte de la democracia, si esa violencia invalida a quien no piensa del mismo modo se la presume diferente y no es violencia… ese es el diferencial. Ése es el saldo de aquello. Hoy se toma como cierto este punto. No era malo ser violento.

Vamos a los bifes. Hebe es violenta, pide la violencia, verbalmente la ejercita y reivindica la que ejercitaron sus familiares. Detrás está el secuestro, la tortura y la muerte de esos familiares por un gobierno asesino. Bueno. Si. Cárcel y condena para esos asesinos. Sin salida ni conmutaciones. Si. Bueno.

Nadie niega ese juicio pero… pero… hoy ese pensamiento de sus familiares y que ella defiende, reivindica, publicita, le acepten que lo enfatice como salida… ¿puede sostenerse para el Siglo XXI?… ¿ puede sostenerse, sin que nadie opine públicamente en contrario?… ¿opinar públicamente en contrario y sostener que es necesario que discutamos sin violencias diversas formas de gobierno, de la política social, de la filosofía y de la ejecución de la economía, es delito?… ¿ repreguntémonos si aquello, que era un camino a la libertad ejerciendo la violencia, no era eso sino un caminito retorcido hacia el pensamiento único y que hoy se expresa en la intolerancia y el anatema “al Beto”? ¿Reivindicar a Brandoni y su derecho a pensar como quiera lleva al insulto por defenderlo? ¿Es necesario insultar a Brandoni para ejercer la libertad o significa proponer el pensamiento Único?

No hay un solo militar, en ninguna fuerza, que pertenezca a aquellos asesinos. Aquello está en la justicia o aquellos niños hoy piensan como en el ‘7’0. Vamos… ¿ justificar aquella violencia por parte de los parientes de Hebe  no es aceptar al Demonio, que siempre es uno…uno solo?

La respuesta a estas preguntas es un secreto que todos conocemos. Cuando digo Hebe la nombro específicamente y en ella a tantos que están cerca de su intolerancia. Muchos creían que la violencia era el camino. Hoy la intolerancia es la misma ametralladora mediática contra el pensamiento diferente y el disenso. La usan en los medios, por todos los medios. Juguemos con las palabras, por todos los medios…el miedo.

LAS SABANAS QUE SE CAYERON

La peste quitó las sábanas y estamos con todos nuestros líos al aire. Los pibes en medio cautiverio o media culpa por salir en cuarentena a la plaza y los padres y un día del niño encerrado o medio liberado o lo justo: con mas de 8 millones en estado de indefensión alimentaria, después cerebral, después semi esclavitud por falta de fósforo en las neuronas es el núcleo incandescente y no lo esquivemos, el problema de la infancia perfeccionándose para la esclavitud social es un eje que merecería una discusión, al menos un tratamiento. Un punto de luz en las charlas televisivas. En los ensayos de los ensayistas a tiempo completo.

El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes. Los que están son los que elegimos. Nunca les preguntamos qué pensaban hacer en caso de un cataclismo, un terremoto o una peste universal. Menos con la niñez, esto es, el porvenir. Nunca preguntamos qué hacer con el porvenir y ése es el resultado.

Los votamos sin saber su pensamiento y su biografía o peor, conociéndolo. Hoy cualquiera advierte que no se llega de 6 a 6.000 pesos en una Caja Bancaria trabajando Full Time para el Estado e igual los votamos. Hoy cualquiera advierte que era ingeniero y no es que no supiese nada, porque era cierto, sino que, además, no le importaba nada que se supiese su ignorancia.

Un pensamiento griego adulterado: “solo se que no se nada y no me importa”. Un pensamiento francés y personal distorsionado “la democracia y el estado soy yo”. Eso nos gobierna. Y la pandemia, claro está, que ya la explicarán en Le Monde Diplomatique.

En el día del niño en cuarentena hay Pensamiento Único y gato encerrado. Pero no importa nada, excepto saber si el apestado morirá en el AMBA, en el Obelisco o en el otro país que habitamos los cabecitas del interior. Lo importante es competir.