Demasiado atados al pasado

Una frase yanki define, se la atribuyen a JFK y sostiene que se debe mirar el pasado para atender el presente y acercarse al porvenir. Suelen dar vuelta su sentido y sostener: quien vive atado al pasado desatiende el presente y pierde el porvenir.

Heráclito y ese río que es parecido y diferente. El exceso en alguna de las cuestiones trae problemas. En Argentina tenemos problemas de pasado, presente y porvenir.

En Argentina el exceso es de pasado. Dos discusiones pueden servirnos, son ejemplares. El número de desaparecidos según reclamos de resarcimiento, listado de denuncias y certificaciones es uno, el de la novela popular sobre el pasado es otro…

Las denuncias sobre asesinatos y torturas de grupos guerrilleros a civiles y militares tiene silencios, desprecios y, obvio, distinto tratamiento.

Estamos atados al pasado, lo re escribimos toda vez que lo mencionamos en discusiones sobre el presente y, por tanto, lo re inventamos. Discutimos el ayer.

 El pasado es un invento perpetuo de acontecimientos que, como dice Gardel, ya no se pueden resucitar. Ni los muertos son cuestiones numéricas ni la Historia es la Memoria.

Necesitamos esos íconos, esas efigies, esos héroes para la cruzada del día por día por razones tan difíciles de explicar a un periodista como difíciles de entender para quienes, científicamente, se atreven a los intersticios del pensamiento colectivo recorriéndolos hasta el punto justo: lo inexplicable.

El Siglo XXI se terminó de definir con La Peste, que volteó la sábana y dejó desnudos a los que veníamos desde el fondo del Siglo XX. También dejó desnudas aquellas ideas y los supuestos básicos para entender la sociedad. El aviso clasificado se impone: ideas nuevas para proyectar el mañana, traductores de esta realidad, no copistas del viejo papiro.

El encierro y las muertes, sin mas arbitrariedad que la aleatoria de la virosis, nos puso en el lugar exacto, el que decía Lin Yutang: una hoja en la tormenta.

El último recuerdo grato, el último momento conocido se vuelve necesario, sostienen, para ubicarnos en un equilibrio ante el misterio de La Peste y su mas claro designio: le toca a cualquiera y el mundo es uno solo, no hay encierros ni misterios. No hay secretos. No hay mas secretos. Sólo el pasado los encierra y por eso lo re escribimos.

Así el país no se fue del peronismo a parte alguna y el pasado está en cada nueva mañana. Dura porfía de re escritura.

Rosario sigue escribiéndose, entendiéndose como una ciudad y no una Región.

Desde Buenos Aires – ciudad – se destila el pensamiento colectivo adocenado que se consume.

No es queja, simple enumeración de sucesos que acomodan el relato, que eso es resignificar… resignificándose

Ese pasado gestáltico nos sodomiza con una constancia que solo nuestra mansedumbre convierte en rutina dura e impostergable.

Discutimos a Perón, el precio del boleto, los herederos de Perón y la forma de cobrar impuestos `parados en un sitio que no existe. El ayer. Debería ser enseñanza, no esperanza

La delegación de poder hacia el Puerto es tan visible que espanta que no nos demos cuenta o peor, la frase donde encerramos la confesión: …” y, si… qué le vamos a hacer…” Faltan Cisneros o Sobremonte. Hay trozos de Historia que no se guardan en la Memoria.

Esa doble ligazón define al país, a la Región, a nosotros y cuanto nos pasa.

Estamos atados al pasado y la formación, con declive hacia el mar, de nuestras redes troncales y de nuestros deseos de partir. El comercio y el espíritu son tan dependientes que ya parecen integrantes de la índole. “Portuario dependientes”.

En las definiciones políticas, que llevan a las económicas y se traducen en lo inatajable, a las tensiones sociales, no hemos salido de aquel punto de cruce. Peronismo que distribuye. Alguien que debe acumular (con el alto costo del ahorro, la prevención y la planificación) y peronismo para volver a gastar (distribuir).

El pasado es lo grato que fue la distribución, tarea del peronismo, la grandeza del Puerto, tarea de los relatores del sueño con París viajando con la vaca atada, y la vida sin complicaciones porque somos económicamente soberanos.

Es de los humanos encontrar fuera La Culpa. El Siglo XXI la brinda en bandeja. Caballeros, hemos entrado al siglo XXI y La Peste trocó todo. Debemos acomodarnos.

Hay aceleradores de partículas que no podemos desdeñar. Juan Grabois en estos días, el hijo de “Pajarito” Grabois, segunda generación de militantes. Axel Kicillof, también en estos días, segunda generación de intelectuales cercanos al marxismo, Máximo Kirchner, segunda generación de familia empleada en la política del estado municipal primero, provincial después, finalmente nacional. Familia política.

Debemos entender la señal. De ellos serán los próximos 50 años de Argentina, no de este cronista y menos, mucho menos de algunos actores políticos, aún en escena con la perseverancia de los actores de reparto, que esperan la señal del traspunte para decir su letra en la obra de teatro del año.

No estamos leyendo el anuncio del Tiempo. No estamos atentos a los actos pero caramba, por los actos los conoceremos y esos factos se producen y deberíamos prestar algo: atención.

Dicen lo suyo los tres ejemplos mencionados. Hay mas actores; si la propuesta es advertir a los nuevos se pueden mencionar traductores de la vieja idea de “la polis” y sus tribunos.

En Rosario Ciudad Futura es un grupo de jóvenes con ideas que se consolidaron como tales (como ideas) en 1950/60/70 y que el peronismo atrasó, demoró, postergó, enterró. La ciudad como un gran falansterio. Los nuevos redentores del pasado. Fenomenal paradoja, ironía militante. Los escuchan. Tienen Fe.

Cuando Juan Grabois dice que Cristina no es el problema de ellos y que Alberto no fue votado para eso (usa el tuteo, “Alberto, no te votamos para esto”…) redefine claramente la interlocución con un pueblo tan innominado como antes, pero absolutamente comunicado con todo lo demás (como diría Charlie)

Con quien se comunican CFK/AF, con quien Perotti, Jatón, Javkin… Juntemos las manos y oremos, porque deberíamos agregar Losada, Lewandovsky, Pullaro,  Mirabella, Rodríguez Larreta, Schiaretti, Milei, Masa, hasta Mauricio y la Carrió, dicho esto absolutamente despojado de sorna.

Con qué esquema, reglas, objetivos los medios de uno y otro lado (el Bien y el Mal, alternativamente) afrontan el día y deciden, inventan, reciclan e inciden sobre el pensamiento colectivo y hasta que punto por las redes, el siglo XXI se les escapa. Un Siglo que, convienen indicarlo claramente: en la calle ya se les escapó. “Cuídensé, porque anda suelto”…

Advierto que los ejecutores de las Políticas de Estado, en los 3 niveles, leen el pasado, siguen atados a sus actos reflejos y que La Peste, el Siglo XXI, el nuevo Gutenberg, que se encarna en los algoritmos que fabrican códigos, programas, señales, fonemas nuevos de otro idioma que no es aquel del Siglo XX. No lo entienden, por eso no lo ven.

Desatarse del ayer tiene su costo. Coraje, incertidumbre, fin de la poltrona. Hay que ser joven, tener memoria disponible en el rígido y cuando ofertan antiguallas usar buenamente a Gardel. “Mentira, mentiras, yo quise decirle, las horas que pasan ya no vuelven mas y así mi cariño, al tuyo enlazado, es sólo un fantasma del viejo pasado, que ya no se puede resucitar”… . Sol. Do.