En la década del ’70 el Licenciado Luis Martínez Tecco sugirió, inventó, resolvió que se entregasen premios a las obras artísticas, a los espectáculos que llegasen en el verano a Mar del Plata. Estaba allí. Aplaudí la iniciativa. Un friso, en una plaza, recuerda a “Lucho”. Hacen bien en no olvidar.
Rosario debería tener los “Premios Monumento”. Santa Fe los ´premios “Puente Colgante” o “Setúbal” y Buenos Aires los premios “Obelisco”. Municipales. Oficiales.
Hace tres años que volví a integrar el Jurado que entrega estos premios. Como todo premio “artístico” es imposible sujetarlo a variables científicas. Experiencia, voluntad, sentimiento, dan una suma de valores absolutamente personales. Todos los premios de las bienales dejan enojado algún pintor, las muestras cinematográficas a un creador. Es parte del juego. Un premio que no contiene enojos no tiene trascendencia.
Desde la década del ’70 hasta ahora sufrió el premio los vaivenes de la vida. Desde “jurados” que firmaban boletas de viáticos con caprichosos vales espumantes, hasta amenazas por la inclusión (o no) de algún espectáculo.
En estos tres años advierto que es al revés. Independencia absoluta y enojo de colegas porteños que no saben nada de la cocina interna ni pueden influenciar, directa o indirectamente, en nominaciones.
Hay allí un punto importante. Como buena parte de la programación artística tiene relación con Buenos Aires, muchos colegas entienden que ellos son jueces naturales y su ausencia provoca desajustes en sus comentarios.
Este año se presentaron mas de 260 espectáculos que, desde las 18 (algunos infantiles) hasta el durísimo trasnoche (a la 01 de la mañana) conformaban un clarísimo muestreo de las ganas de trascender. Y de ganar. Por eso se anotaban.
Mas de 70 espectáculos específicamente marplatenses dan cuenta de una actividad anual importante. Ojo. Rosario debería insistir en las escuelas artísticas. Los muchísimos conjuntos musicales locales igual. Alta calidad. Es el año laburando y competir en el verano con el “teatro comercial” que llega a las grandes salas y los grandes complejos.
Este año se incorporó la categoría Stand Up. Fue una decisión corajuda. Fuero y son un rubro teatral (y de redes) que mueve muchísimo.
Se premió a “Un enemigo del Pueblo” y a Leyrado. A Leonor Manso. A Moldavsky. A Rita Terranova. A Nancy Anka. Se premió “La Traviata” y se llevó un premio un conjunto de Heavy Metal. Un espectáculo: ”Hermosamente Diferentes”, con chicos y muchachas con capacidades diferentes se anotó, compitió y le ganó, en Variedades, a un circo, un conjunto de transformistas a la madrugada y una murga uruguaya. Buenísimos. Ganó la troupe. Ganó Mora Godoy. Raúl Lavié ganó la estrella de Mar de Oro.
Se premió al “Espacio Clarín” que junta gente a lo pichicho, con espectáculos gratuitos, populares y muchos. Al Teatro Tronador, recuperado para el espectáculo. La interna porteña contra Clarín no dejó pasar este “detalle”.
Se usó un escenario circular ¿se entiende? No había espalda. Buenísimo. Los chicos del teatro Independiente marplatense encontraron el modo de manifestarse, en una fiesta donde la sociedad neo liberal los premiaba, protestaron contra… la sociedad liberal. Esa es la vida. Claramente expuesta.
El año pasado la ceremonia duró 5,45 horas. Demasiado. Este año duró 3 horas. Había dos horas compradas a la televisión estatal. No pusieron micrófonos a los premiados. Se habilitó una sala de prensa lateral donde todos los premiados, todos, pasaron a responder a la prensa acreditada.
Las críticas, bien, regular o mal intencionadas, se dirigieron a la falta de micrófonos para los agradecimientos. Furiosos cronistas porteños con minutos y centímetros sobre este punto. Tal vez por detrás algún río lleva profundas aguas.
Contribuyamos a esta queja. Borges, Jorge Luis, no recibió un premio estrella de mar. Tampoco el Nobel de Literatura que entrega, arbitrariamente, la Academia Sueca. Sugiero Pancartas. Anótenmé. Protestaré.
Publicado en La Capital el 17 de Febrero.